tag:blogger.com,1999:blog-13244748952356169852024-03-13T17:12:36.811-07:00El Cuaderno RojoHistorias que dan para largo.Srta Ikaanahttp://www.blogger.com/profile/05746375504036329490noreply@blogger.comBlogger8125tag:blogger.com,1999:blog-1324474895235616985.post-23399416264006754992015-01-20T00:02:00.002-08:002015-01-20T00:21:38.682-08:00Experiencias de una lectora vaaaga: Hoy: Archimago – Los Elementales Perdidos, primera parte. <div class="MsoNormal">
Hey, miren quién se acordó que tenía un blog :v</div>
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Cuando conocí a Midori Gale en aquella fiesta tan cool de
Sasa, algo pude enterarme de su ambicioso proyecto, publicado por las de ella y
sin ayuda (más que comentarios de lectores no muy... críticos, con palabras
amables, digo) pero no alcanzaba a imaginar que un ejemplar de su librollegaría a mis manos hasta
semanas después cuando vi unos ejemplares en una vitrina que Sasa exhibía para
vender. Acordamos que lo pagaría en cuotas (<i>feel
like a pobre</i> :,D).</div>
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Ahora que un bonito ejemplar está en mis manos, tengo
derecho de soltar una palabrería acerca de la historia y cómo fue llevada,
porque lo acabo de leer y estoy con crisis existencial. </div>
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Como dije anteriormente, todo el trabajo de esta primera
parte es de la total cosecha de su autora, incluidas las ilustraciones, lo cual
es sin duda admirable, porque pocas son las personas que llegan a algo tan
concreto como un libro físico sin la ayuda de una editorial que se encargue de
la publicidad, edición y tramitar cosas como el ISBN, así que todos mis
aplausos para ella. Sin embargo, esto de publicar sin ayuda trae desventajas
que se ven reflejadas en algunos aspectos de la narración y la historia.</div>
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Empecemos por algo concreto, el estilo de la autora al
narrar me parece muy atrapante, si bien comete varios errores, como el
centrarse en demasía en ciertos aspectos y aflojarse en otros que me parecen
bastante importantes como para haber sido obviados (por ejemplo una anacronía
que casi hace que me tire por una ventana, o el libro, lo que me hubiera dado menos
flojera. Pero tristemente no es el único ejemplo). No hay que hacerse ilusiones
con el inicio de la historia, todo es como una bala y los capítulos son cortos,
casi como separados por escenas, y eso nos resta mucha intimidad con el prota y
su arco personal. Eso sí, la carrera aminora ya poco después de que el prota se
ve rodeado de muchos personajes muy interesantes.</div>
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<div class="MsoNormal">
Otro problema, consecuencia de tanta falta de detalle es que
hay cosas que de repente se aparecen como que uno como lector ya las daba por
sentado, cuando no es así y crea momentos incómodos, no son muchos (si no nos
ponemos quisquillosos), pero Midori deberá ponerle más ojo en futuras
ediciones. A mi gusto faltaron muchas escenas que pudieron ayudar al desarrollo
de las relaciones interpersonales de los personajes tanto entre el grupo
principal, como los bonos que se unen por buena parte después, sin duda se ven
muchas pistas, pero son demasiado pequeñas como para que nos hagamos una idea,
hasta quedé con ganas de <i>shipping</i>,
pero eso es harina de otro costal, le echo la culpa a mis hormonas.</div>
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Hablando ya en aspectos como la historia, no tengo ninguna
queja. La contraportada puede parecer engañosa, porque es fome (a gusto de su
servidora, no es que tenga algún error) y el inicio de la historia no es el más
emocionante, de hecho la premisa puede parecer ya trillada: un joven rechazado
en su entorno, descontento consigo mismo y con un poder oculto latente y
siempre presente, una aguja en el pajar. Casi lo comparo con un fanfic cuando
llego al primer cuarto del libro, que me va mostrando poco a poco (les dije que
la carrera aminora) personajes que son tanto o más especiales que nuestro
protagonista y con un trasfondo sin duda interesante, ya sean los principales o
personajes de paso. De hecho, son los personajes la ventana a la amplitud del
mundo en el que se desarrolla la historia dado a su diversidad (aunque no he
podido dejar de notar que muchos personajes tienen una cosa muy en común).</div>
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Sinceramente es una historia muy bien planeada como para estar
escrita para un público que bien puede ser <strike>weón</strike> no lector. Es un verdadero
diamante en bruto que me gustaría ver pulido a futuro y que con gusto puedo
recomendar incluso ahora con los fallos que tiene. Seamos sinceros, todos
necesitamos una mano para escribir una novela, incluso un cochino <i>one shot</i> en <a href="http://www.fanfiction.net/">efe efe punto net</a> requiere
de alguien con ojo crítico para superar tanto fallas sutiles como garrafales…
<strike>Sí, Sasa, sé que yo también me apuro al narrar, pero estoy en ello :v. </strike></div>
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Si a pesar de lo atropellante de esta reseña quieres comprar
un ejemplar de este buen libro, puedes contactarte conmigo para yo ir a wear a
Sasa y ver cómo le hacemos para que llegue a tus manos. No, cuotas no porque yo
no más soy cool.</div>
Srta Ikaanahttp://www.blogger.com/profile/05746375504036329490noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-1324474895235616985.post-65115490200528333282013-11-28T23:40:00.000-08:002013-11-28T23:58:22.226-08:00La Dama en el Hielo.<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">Ostras, hace eones que no tenía nada tan fresco como esto. Recién salido del horno y pretendo continuarlo hasta el final y que figure entre los grandiosos aportes a <a href="http://www.fantasiaustral.cl/">Fantasía Austral</a>. Siéntase libre de usar la honestidad brutal que todos necesitamos para mejorar.</span></div>
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<span lang="ES"><br /></span></div>
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<span lang="ES"><br /></span></div>
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<span lang="ES" style="font-size: x-large;">La Dama en el Hielo.</span></div>
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<span lang="ES" style="font-size: x-large;">Introducción. </span></div>
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<span lang="ES"><br /></span></div>
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<span lang="ES"><br /></span></div>
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<i><span lang="ES">—Esta es
una historia grande —comenzó a relatar el hechicero mientras que su oyente le
miraba con suma atención—, mas la haré pequeña para ti. Trata de una guerra y
una mujer, pero no por su amor, sino por su poder.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span lang="ES">“El
poder puede venir de un título o, un objeto, pero también del conocimiento.
Pues éste era el poder de esa mujer: el conocimiento </span></i><span lang="ES">de
todo<i>, de lo que es, lo que fue y lo que
podría ser, de aquello que conoces, lo que conocerás y de lo que nunca verás;
el conocimiento de aquello que nuestros ojos no están preparados para ver y
aquello que ni yo mismo podré entender jamás. ¿Qué harías con ese poder en ti?
No es mucho lo que pudo hacer esa mujer, que a veces podía vislumbrar en su
mente las cosas más bellas, las criaturas sagradas más puras… pero también
horrores innombrables, atrocidades y dolores que tu pequeña mente no podría
concebir —la expresión de su oyente se volvió algo nerviosa—, de forma
repentina en cualquier minuto. Imagina lo frágil que debía de ser su cordura.
El conocimiento puede ser maravilloso, pero también la peor de las maldiciones.<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span lang="ES">Y su
tormento no acababa allí. ¿Cuánta gente crees que supo de aquel poder? Ella,
siendo una errante Inmortal vio en su camino, tanto queriendo como no, a
hombres y mujeres de todo tipo, pero mientras los hombres de simple vivir la
rechazaban, los coronados la codiciaban. Curioso es que aquellos que ya tienen
poder en sus manos casi siempre desean más.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span lang="ES"> —¿Y por qué los reyes la querrían?<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span lang="ES">—Porque
así podrían ser capaces de conocer secretos de sus enemigos, acceder a tesoros
y desatar poderes para usar a su beneficio. Un rey o reina con un poder tan
grande podría significar el fin de demasiadas cosas.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span lang="ES">“Ahora
bien, la verdad ella pudo escapar varias veces de la ambición de muchos, pero
fue cuando sus pasos la trajeron a estas tierras que las cosas se volvieron más
complicadas. A diferencia de las tierras de donde viene, en estas hay más magia
fluyendo, y la cantidad de gente con talentos mágicos se triplica. Así, más
temprano que tarde, los videntes y oráculos de los reyes de tres grandes reinos
dieron cuenta de su presencia. Los tres grandes reinos de esta parte del mundo
inmediatamente fueron a buscarla<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span lang="ES">—Pero...
¿viajó sola? ¿No tenía ningún amigo?<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span lang="ES">—Tenía
un guardián y unos cuántos amigos. Pero unos cuántos amigos no eran suficientes
para ayudarla, su poder estaba fuera del alcance del entendimiento de
cualquiera y poco </span></i><span lang="ES">teníamos <i>a favor.<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span lang="ES">“Los
sedientos de magia de Monrioeb, los Altos Señores elfos de Mor-Ámana, que se
consideran por encima de cualquiera en todo el mundo, y los esclavos del dios
oscuro, allá en Rapssal...<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span lang="ES">—Son
los...<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span lang="ES">—Sí,
ellos, —interrumpió raudo para no desviar la atención de quien le oía— que además contaban con la ayuda de un
hechicero tan poderoso como yo mismo, incluso temo decir que más, fueron a la
búsqueda de esta atormentada dama. Por fortuna, la reina de Monrioeb tenía
ideas distintas y acogió a ella y a sus compañeros. Pero su protección se
volvió frágil cuando de pronto los ejércitos de dos grandes naciones intentaron
sitiar su reino para persuadir a entregar a la Dama que Todo lo Ve. Incluso el
rey de Monrioeb estaba dispuesto a usarla para frenar una guerra que no se
esperaba, aún cuando significara sacrificar a su propia esposa para lograrlo.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span lang="ES">“No
había opción. Nadie quería muertes de inocentes, así que debió huir más allá de
estas montañas, donde pocos se atrevían a ir, para frenar un conflicto
innecesario, donde la tierra es infértil y el clima es duro, donde alguna vez
hubo abundantes campos de trigo y un reino próspero cuyo nombre se perdió en el
tiempo. Se escondió del mundo, de los reyes ambiciosos y los campesinos
temerosos, en una fortaleza abandonada de piedra gastada. <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span lang="ES">—¿Y cómo
fue que logró huir de los videntes?<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span lang="ES">—A ti no
se te escapa nada —halagó ante la interrogante, complacido de llegar hasta
aquél punto de su pequeño relato para su joven oyente—. Con la ayuda de un
hechicero, encerró su cuerpo en un lecho de hielo, un hielo que no se derretiría ni con la ola cálida más intensa, y tan duro que ni el golpe más potente del mazo más pesado podría romperlo. Protegida con ese lecho helado
entró en el Letargo, con la esperanza de que quizás su mente y su espíritu
pudieran madurar para estar a la altura de su terrible don, y así poder
esconderse de los videntes y oráculos que la buscaran.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span lang="ES">“Su
presencia es un mito entre las personas de </span></i><span lang="ES">allá fuera<i>, su paradero inubicable, pero se sabe que
está en algún lugar, soñando un sueño que la debe llevar más allá de los mundos
que conocemos y protegida por un guardián eterno, que espera paciente el día en
que el suplicio de esta dama acabe.<o:p></o:p></i></span></div>
<i><span lang="ES">"He oído
a muchos preguntarse dónde están y qué le dirían, muchos tienen preguntas que
quizás sea mejor no oír su respuesta, muchos más tienen preguntas vanas. Pero tú,
si pudieras tenerla frente a ti, ¿qué le preguntarías?</span></i>Srta Ikaanahttp://www.blogger.com/profile/05746375504036329490noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1324474895235616985.post-87252127626469925982013-09-16T07:04:00.001-07:002013-09-16T07:05:56.382-07:00El cazador -Resurrección-<div style="text-align: left;">
Sí, estoy rellenando con viejos escritos. En lo que salen nuevos, si me llega la inspiración, iré colgando los viejos capítulos (arreglados eso sí, dentro de lo que pude y consideré) de una vieja historia. </div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
Capítulo uno.-</div>
<div style="text-align: center;">
Resurrección </div>
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Oscuridad, brumas, niebla, silencio… una terrible sensación de estar
flotando en la nada invadía mis sentidos; me sentía como si cayera
lentamente por un pozo estrecho. Quería moverme, gritar, salir de donde
fuera que estuviera, pero no podía hacer nada, sólo luchaba contra una
fuerza que me mantenía quieto y sin poder siquiera respirar. De esa
manera, la desesperación me embargó pronto, y cuando creía que no tenía
escapatoria, sentí que algo me empujó hacia lo alto. Desperté gritando y
jadeando con angustia; mis ojos se encandilaron con la luz del lugar,
mientras escuchaba una bulla que se tornó insoportable de pronto,
acompañada de un increíble dolor corporal.<br />
Me levanté y me dispuse
a ir a algún lugar donde la luz no dañara mis ojos; estaba asustado, no
tenía idea de lo que ocurría; mi cuerpo temblaba y estaba desorientado.
Sabía que algo terrible había pasado, pero no tenía idea de qué era.
Intentaba recordar lo acontecido antes de caer inconsciente, pero todo
era nada, no sabía nada, no entendía nada.<br />
—Calma, muchacho —me dijo una voz grave detrás de mí—, estás a salvo.<br />
Miré a todos lados; junto a mí había un hombre que me miraba sorprendido, como si esperara que hiciese algo.<br />
—¿Qué pasó? —fue mi reacción, aún tembloroso y desorientado.<br />
—Hubo
una masacre —me dijo el hombre—, el pueblo entero fue arrasado por
saqueadores —informó. Sus palabras, pese a ser claras, me confundieron
en un principio.<br />
—No… no… comprendo… no recuerdo... ¿Cómo sobreviví?—balbuceé en cuanto acabé de entender.<br />
—La
verdad, no lo hiciste —suspiró con una expresión que evidenciaba malas
noticias, pero lo dicho me resultó aún más incomprensible—, moriste y yo
te resucité.<br />
—¿Qué? —pregunté sin dar crédito alguno a las
palabras del hombre. Mi cabeza dio un vuelco. La muerte... un estado que
no se puede revertir, ¿cómo creer en lo que él decía?—. Imposible.<br />
—Sé
que es difícil de creer, pero tú fuiste el único cuerpo en buen estado
que encontré, e hice lo que debía hacer —Hablaba con tal seriedad, que
de pronto me pareció demasiado posible lo que sostenía—: Darle una nueva
oportunidad a quien ha muerto antes y de forma injusta. Soy un
sacerdote de Harem y he venido junto algunos soldados del reino a
investigar este asunto. Mi nombre es Arlath.<br />
Arlath me ayudó a
levantarme; observé que mis ropas estaban ensangrentadas y rasgadas,
levanté mi camisa y, sin esperarlo en absoluto, me encontré en mi
abdomen una herida ya seca y cerrada. De pronto, la imagen de un hombre
blandiendo su espada contra mí, llegó a mi mente; por un segundo vi, oí y
hasta olí el momento de mi muerte; el acero frío y sucio que abrió mi
carne hasta las entrañas. Di un sobresalto mientras la visión se
desvaneció; intenté rememorar algo más, pero nada.<br />
—¿Por qué no recuerdo nada? — pregunté desesperado.<br />
—Cruzaste
la senda de la muerte por al menos tres horas, supongo que en el
proceso ya olvidaste tu vida reciente —Lo que decía de pronto ya no se
escuchaba tan descabellado como hacia unos minutos—. Te llevaremos a la
ciudad de Ashar para darte ropas nuevas, un nombre, un lugar en donde te
puedas quedar y un trabajo. Comenzarás desde cero, será difícil, pero
es lo menos que podemos hacer por los desafortunados —fueron sus
palabras en tono bondadoso y tranquilizador; pero que no disminuía lo
inesperado de ellas.<br />
Salimos de las ruinas de la casa en donde
estaba; mis piernas temblaban al caminar. El panorama de la aldea no era
mejor que el que pude juzgar dentro de la casa: Todo era ruinas y
cenizas, había cadáveres mutilados y quemados por donde pasaba la vista.
Las casas de alrededor estaban en completa destrucción y no parecía
haber sobreviviente alguno, ni algo que pudiera ser útil. Había soldados
que iban de aquí para allá cargando cuerpos y tirándolos en fosas donde
estarían sus sepulturas, uno de ellos se acercó a mí y me preguntó:<br />
—¿Resucitado?—asentí con la cabeza automáticamente; sin caer en cuenta de lo disparatado que sonaba aquella pregunta.<br />
—Sígueme, te llevaremos a la ciudad.<br />
El
soldado me condujo por la calle principal de la aldea y me dejó junto a
una carreta, allí, al lado de dos niños enfundados en harapos y de
apariencia sucia; al parecer habían logrado sobrevivir a la masacre,
pues sorprendente no se veía en ellos rasguño alguno.<br />
—¿Tienen idea de lo que sucedió?—pregunté tragando saliva pesadamente.<br />
—Unos
bandidos vinieron y lo destruyeron todo —me dijo el mayor de ellos con
expresión nostálgica—; nuestra madre nos escondió, pero no pudo
esconderse con nosotros.<br />
—Lo lamento —les dije apesadumbrado—. ¿Ustedes saben quién soy yo? —pregunté luego de una pausa indudablemente incómoda.<br />
—Nadie en el pueblo te conocía, eras recién llegado —me contestó el niño.<br />
Me
sentí un poco frustrado al no obtener respuesta, sin embargo me dio
algo de lástima por los niños al percatarme de que habían quedado
completamente desamparados.<br />
—¿Tienen quién les ayude?—inquirí.<br />
—Estos
niños serán educados en la Casa de Rigel, Señor de las Espadas como
sirvientes, y después se harán soldados del reino —me respondió el
soldado que me trasladó a la carreta, quien había vuelto a aparecer
súbitamente sólo para informar que era hora de marcharse ya que no había
nada más que rescatar.<br />
El ambiente de repente se había tornado muy calmado. Demasiado.<br />
Un
estruendo no muy lejano sacudió la tierra repentinamente; seguido de
ello, se escucharon gritos de soldados, algunos de pánico, otros de
guerra y, algunos más, de dolor. Dentro de mí surgió una clase de
instinto que me incitaba a investigar. Corrí mirando a mi alrededor, sin
esperar encontrarme con una criatura horrorosa que atacaba a los
soldados.<br />
—¡No! ¡Arlath! —grité al ver como el hombre que me devolvió a la vida era devorado…Srta Ikaanahttp://www.blogger.com/profile/05746375504036329490noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1324474895235616985.post-62563125505039574212013-09-15T22:15:00.000-07:002013-09-15T22:15:04.076-07:00La Caída de Solit -La verdad-Eones, señores, ya me olvidaba de este blog. Pero no de escribir. Esta es la continuación del cuento de corte Steampunk, acá veremos a un nuevo personaje, cosa que ya se veía venir. En fin, enjoy, si pillan esto, claro.<br />
--------------------------------------------------<br />
<br />
<br />
De la figura más lejana logró divisar que alzaba su brazo derecho, y
como si un ademán autoritario se tratase, cerró el puño. De inmediato
las llamas se extinguieron y dieron paso a una humareda densa y oscura
que ascendió por la boca de la cueva. Pronto se llevaron a los militares
de alto rango y accionaron una sirena cercana a los alrededores para
anunciar la alerta. Nunca antes había sucedido algo así. Pax estaba
confundido y paralizado mientras observaba cómo los rasos rodeaban la
cueva de forma estratégica para enfrentar a los intrusos. Estaban
perdidos, no eran personas normales las que violaron el portal. Eran
magos.<br />
El bullicio de la sirena terminó por apartar a los obreros,
pero Pax siguió allí, esperando a que algo ocurriese, pero por varios
minutos nada ocurrió.<br />
—¡Saquen al Ingeniero de aquí! —ordenó alguien, y en seguida un par de soldados intentaron llevárselo a rastras.<br />
—¡No
pueden echarme! —reaccionó él empujando a los hombres con fuerza
desmedida, tirándolos al suelo— Soy responsable de lo que pase aquí…
—uno de los soldados alzó la culata de su rifle y lo golpeó con fuerza
en la mandíbula, de tal forma que sintió en su boca sangre fluir y una
muela desprendida.<br />
El dolor fue abrumador y lo mareó, los hombres
aprovecharon ello para alejarlo de la entrada, para posicionarse
alrededor de ésta y esperar un poco a que el humo se despejara. Por unos
minutos nada sucedió, posiblemente era que los intrusos habían
desfallecido por el humo, pues no escucharon sonido alguno desde que las
llamas se extinguieron. Pax, tendido boca abajo sobre el suelo y con la
punta de un rifle sobre su espalda, cerca de un hombro. Escupía sangre
cada tanto y procuraba mantener la pieza dental en su boca para no
perderla.<br />
No podía ver nada desde su posición, pero el repentino
silencio le indicó que algo iba a pasar, podía percibir una ansiedad
general en el ambiente. Oyó voces de órdenes de sumisión infructuosas,
oyó que algunos decían que los invasores pudieron ahogarse con el humo, y
posteriormente oyó como alguien ordenaba a que un grupo entrara a
verificar. Por un par de minutos hubo la sensación general de que así
era, pero el sonido de un disparo alteró a todo el mundo y el movimiento
empezó frenéticamente. Todo fue un alboroto hasta que algo los frenó,
una fuerza los empujó a todos y varios cayeron al suelo, cinco hombres
aplastaron a Pax, dejándolo sin espacio para respirar y abrir la boca,
pronto la sangre allí se estaba acumulando hasta la garganta. Ante la
desesperación y con una fuerza descomunal, logró levantarse y apoyarse
sobre sus brazos mientras los soldados se incorporaban. Vomitó sangre y
perdió la muela, se levantó tambaleante y tosiendo con fuerza mientras
intentaba ver lo que sucedía frente a decenas de cascos grises y verdes y
boinas marrones. El mareo le impedía orientarse y permanecer de pie,
agarrándose del más próximo a él. Una segunda oleada de fuerza invisible
sacudió la entrada y al gentío de militares que atiborraban el lugar, y
lanzando contra ellos a quienes habían entrado al agujero humeante,
seguido de un destello que abrazó el humo, como si un rayo hubiera
surgido allí dentro.<br />
Ya todos sabían que no se trataba de un
efecto colateral de la explosión del portal. Fue en ese momento en que
todos se dieron cuenta de que se estaban enfrentando a algo más allá de
lo que podían entender o imaginar. Pero, ¿por qué estaban allí? Será tal
vez por el mineral…<br />
En ese momento los sentidos de Pax se
pusieron alerta y se incorporó totalmente, mientras que un mar de
preguntas lo embargaban por dentro. Una sensación poco grata se ramificó
en su ser, la idea de haber estado haciendo algo terrible se instaló en
su cabeza. Nunca pensó en las consecuencias de sus actos, nunca quiso
llegar a la conclusión de que este momento algún día pasaría, ¿a qué
cosa había condenado esta vez a la ya tan herida nación de Solit?<br />
La
tierra comenzó a sacudirse con paulatina violencia y una grieta se
abrió paso desde el interior, haciendo que muchos se dispersaran por el
perímetro, temiendo que un alud llegara. La grieta se detuvo
abruptamente justo delante de los pies de Pax. Al tiempo que el humo
mermaba un poco, una figura surgió de la boca. Era un hombre de estatura
mediana, que vestía una túnica marrón cubierta de ceniza, al igual que
la cabeza de éste y su cara. Sostenía un largo cayado torcido en la
punta. No parecía verse afectado en lo más mínimo por el humo.<br />
Algunos
soldados, recordando el protocolo para situaciones así, apuntaron sus
armas para advertir al mago de quedarse en donde estaba.<br />
—Invasor
—desafió un cabo, con voz insegura—. Has… osado entrar sin permiso
previo a la nación de Solit. Se-se te tomará prisionero por…<br />
Un
ligero golpe en el suelo con el extremo inferior del cayado bastó para
que la tierra se volviera estremecer y de ella surgiera un ente
antropomorfo hecho de roca, callando al soldado de inmediato y haciendo
dudar al resto sobre su postura en el momento.<br />
—<em>Tish</em>…
—soltó el hombre— ¿Dónde está… —habló en un acento extraño y poco
fluido, marcando de forma extraña algunas consonantes— el responsable de
esta atrocidad?<br />
Había muchos, pero solo uno de ellos permanecía
allí. Como si todos intuyeran el significado de las palabras del mago,
las cabezas se giraron al hombre con la cara y las ropas ensangrentadas,
delatándolo inmediatamente. El mago lo miró directo a los ojos y luego
lo escrutó con la mirada, como reconociéndolo, a pesar de que estaba
seguro, jamás se habían visto. La presencia del mago era intimidante,
aunque su semblante era tranquilo, se percibía que de él manaba un poder
inimaginable, que hacía que nadie quisiera actuar temerariamente.<br />
—Paxton Von Strass—pronunció el mago claramente con severidad.<br />
Pax
sintió un hueco en el estómago al oír su nombre. Pero justo en el
momento en que el mago se dispuso a avanzar, un subordinado de la
milicia reaccionó y disparó certeramente en su pecho, justo en el
corazón, siendo atravesado por la bala de lado a lado. Un golpe certero y
mortal, que hizo al mago arrodillarse.<br />
—¡Solit no caerá! —vociferó el soldado, al tiempo en que se disponía a disparar de nuevo.<br />
Instantes
después, nadie podía creer lo que veía: el mago retrocedió varios
pasos, pero jamás cayó y pese al sangrado permaneció firme, como si solo
hubiera sentido un piquete. El acto desesperado solo provocó que el
ente que el mago invocó de la tierra reaccionara y atacó brutalmente al
agresor. Entonces la histeria absoluta se desató, el mago usó su poder
para defenderse y abrirse paso para ir directo a Pax.<br />
Un raso lo empujó hacia atrás para que este reaccionara y huyera.<br />
—¡Sal de aquí, idiota! —ordenó— Primero serás tú, luego Solit entera.<br />
Tenía
razón. De alguna manera el mago sabía quién era él y posiblemente sabía
mucho más, y si él caía, probablemente nadie más podría reconstruir la
máquina, dejando a la deriva a los mejores soldados de la nación y sin
medios para seguir consiguiendo el mineral que tanto codiciaba el
gobierno. Tal vez debía huir, pero cayó en la cuenta que era demasiado,
ya era suficiente y había de poner freno a la codicia devoradora del
gobierno de Solit.<br />
—No —replicó categórico. El joven raso lo miró
perplejo. Pax lo ignoró y alzó los brazos— ¡Aquí estoy! —vociferó,
llamando al mago— ¡Aquí me tienes, te enfrentaré!<br />
Entre los
disparos inútiles, los gritos de miedo, los destellos de luz y las
sacudidas, notó que el mago lo escuchó. Tardó todo apenas unos segundos,
en los que del cayado del mago manó una luz blanca que encegueció a
todos. Un zumbido retumbó en la cabeza del Ingeniero, aturdiéndolo y
anulando su sentido del oído y orientación. De pronto sus piernas
dejaron de sentirse firmes y se sintió caer, pero su cuerpo no
colisionaba con el suelo. Por desespero, Pax intentó agarrarse de algo,
pero extrañamente no había nada a su alrededor, todo había desaparecido,
como si estuviera oscilando en la nada misma.<br />
No supo cuanto
tiempo pasó, pero de pronto se encontraba de nuevo arrodillado sobre
suelo firme, aún sin oír ni ver nada… a razón tal vez de que solo había
quietud.<br />
Sus ojos recuperaron la visión de forma paulatina y pudo
notar que estaban lejos de Vellissim, en un páramo desierto, donde solo
se veían algunos edificios en ruinas, árboles secos o talados, tierra
seca, basura y los restos de una estatua en medio de lo que parecía una
pequeña plaza de armas. La localidad era una de las tantas que habían
caído bajo la sombra del la milicia, pero Pax se preguntó cómo fue que
llegó ahí. Miró a su alrededor para divisar a alguien, al completar la
vuelta el mago que preguntó por él estaba ahí parado, junto a la estatua
en ruinas. Pudo notar la mancha oscura de la sangre que había fluido
momentos antes, ya parecía seca y era lo suficientemente grande como
para notar que ningún hombre habría sobrevivido a ella.<br />
Se miraron por un momento. Pax se mostraba pasmado, esperando a alguna acción por parte del mago.<br />
—¿Qué quieres de mí? —debió preguntar ante la postura estoica del hombre.<br />
Por
encima de todo, Pax sentía una curiosidad tremenda. De haber sido otras
las circunstancias, hubieran sido otras preguntas las que hubiera
hecho.<br />
—Fuiste tú quien ha permitido que se cometan crímenes horrendos en nombre de la ambición de unos pocos —acusó con tono serio.<br />
—¿Por qué…?<br />
—¿Sabes
siquiera lo que has provocado? Esto va más allá de tu gente y tu mundo
—Pax se mostró perplejo ante las palabras—. No tienes idea alguna.<br />
—¿Qué intentas decir? Ve al grano, ¿quién eres tú y por qué estás aquí? ¿Cómo es que sabes tanto? Eh… ¿y el otro mago?<br />
—Entonces no sabes nada… el otro hombre tiene su propio camino, nunca antes lo había visto.<br />
"Soy un Inmortal, tengo unos mil treinta años… creo. Por eso ese proyectil no me mató. En mi interior hay una <em>fuente inagotable de energía</em>. Y no soy el único inmortal que existe.<br />
Las
palabras que hiló el mago fueron suficientes para enlazar los cabos
sueltos. Era lógico, por fin lo sabía, por fin lo entendía.<br />
—Entonces… —se llevó los dedos a las sienes y bajó la vista a los pies— ¿de cuántos crímenes soy cómplice?<br />
<hr noshade="noshade" size="1" />
<br />
<br />
Srta Ikaanahttp://www.blogger.com/profile/05746375504036329490noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1324474895235616985.post-37674849629117537252013-01-16T15:01:00.002-08:002013-01-16T15:02:33.773-08:00La nodriza.<i><b>Segundo capítulo de Nacida Maldita. La historia sigue los pasos de una extraña niña con un poder que algunas personas creen muy oscuro. Enjoy [espero]</b>
</i><br />
<br />
<div style="text-align: center;">
La nodriza.</div>
<br />
<br />
<br />
La tarde primaveral se iba tornando fresca a medida que el sol se ocultaba tras el horizonte de bosques y campo abierto. Adane observaba a sus hijos jugar con la hija de Marod, los niños, idénticos entre sí, siempre gustaban de jugar con la pequeña a suplantarse entre ellos, intentando hace que ésta los confundiera, ya sea cambiando sus ropas, dando vueltas a su alrededor o escondiéndose.<br />
—Yo soy Pod —le decía uno.<br />
—Y yo soy Hod —afirmaba el otro.<br />
La niña, que mientras ellos intentaban confundirla hacía dibujos en la tierra con una rama, alzó la vista y sonrió con timidez, negando con la cabeza. Los niños, vencidos otra vez, rieron y negaron que ella haya acertado.<br />
—No —insistió ella en un hilo de voz—, tu rodilla te duele, Hod —tocó con suavidad la rodilla izquierda de quien se hizo llamar Pod, éste se quejó ligeramente y frunció la boca—. Ama Adane no confunde a sus hijos, fue Hod quien se cayó.<br />
Adane era llamada así por la niña al ser el ama de crianza de ésta, cuando su madre murió enferma y débil, Marod hizo que ella prestara de su leche para que la pequeña no muriera de hambre. Para entonces Fana ya le había advertido sobre algo oscuro que cargaba la criatura, a las pocas semanas encontró su razón y siguió su consejo: cada tres noches bebía infusión de la flor negra, que dormiría a la niña hasta robarse su respiración, para así prevenir los males que podría traer al pueblo. La niña nunca sufrió efecto alguno. Y conforme crecía su miedo fue creciendo, pues nunca antes había visto a criatura tan inquietante, su mirar parecía ver en el interior de la gente, a veces la encontraba hablando sola y miraba lugares en los que aparentemente no había nada. Fana le explicó que la pequeña no pertenecía a este mundo que fue traída del mundo de los muertos para traer la desgracia, cobrando las vidas ajenas para alimentar la suya, ya lo había hecho con la desafortunada madre hacía seis años.<br />
Un escalofrío la recorrió cuando pensó en lo que podría hacerle a sus hijos. Por ella, que la cría estuviera encerrada, o que la flor negra hubiera hecho efecto en su leche, o que simplemente la mantuvieran alejada de sus hijos, así estaría tranquila, durmiendo en paz. Sin embargo algo firme le impedía alejar a la oscura niña de sus retoños, era la sangre, la misma sangre que corría por las venas de ella, corría por las de sus hijos. Un secreto a voces, pero al fin y al cabo era un secreto, Marod era el padre de ellos tres, y al darles techo, comida y protección, tenían que estar cerca de su hermana.<br />
Los niños, aburridos y resignados de las certeras respuestas de la niña, se acercaron a ella para ver los dibujos en la tierra que había hecho, se quedaron conversando sobre ellos animadamente y terminaron uniéndose al juego. No parecía nada extraño, pero a Adane le inquietó algo: la niña, de vez en cuando miraba fijamente en su dirección y luego se concentraba en dibujar nuevamente. Le intrigó lo que estuviera haciendo y decidió acercarse.<br />
—¿Qué hacen tanto aquí? —preguntó con voz seca, asomándose entre las cabezas rubias y castañas de los niños. Los tres se apartaron, dejando ver los varios dibujos que hicieron: figuras de todo tipo, la luna, el sol, flores, casas, perros… lo inquietante eran las figuras de hombres, aunque algo inteligibles, se podían ver que algunos vestían túnicas y llevaban espadas. Vio la figura de una mujer sentada en una mecedora con uno de ellos a sus espaldas, a pesar de lo infantil del dibujo se podía distinguir bien— ¿Quién dibujó eso? — inquirió, casi sabiendo la respuesta.<br />
—Yo he sido —contestó la fina voz de la cría casi en un susurro—, ésa eres tú con los Viajeros, que se llevan a los que ya no son de aquí.<br />
—¿Hay Viajeros por aquí? —preguntó Hod.<br />
—Los hay en todos lados…<br />
Sus hijos hicieron comentarios eufóricos, siguiendo un juego que no era, inconscientes de las verdades que la niña estaba diciendo.<br />
—Hod, Pod. Adentro —ordenó con tono severo, los niños obedecieron con repentina seriedad, casi con el miedo que precede a un fuerte cambio de humor de Adane, que los hacía sentir culpables— ¿Quiénes son…?<br />
—Oh, no les gusta que hable de ellos —se le adelantó—… Están por aquí, aunque se esconden, dicen que no deberíamos verlos. Le pregunté aún así a uno de ellos quién se llevarán, porque siempre que vienen se llevan a alguien, y me dijo que en tres días, se lo llevarán en tres días… su nombre es un secreto.<br />
Luego de eso guardó silencio, ensimismada mirando a la mecedora junto a la casona.<br />
—Ya… basta de juegos…<br />
La niña, sin dejar de mirar la mecedora, obedeció antes de que Adane terminara su orden de entrar a la casa. La mujer quedó sola, mirando la mecedora, preocupada.<br />
La noche estaba reinada por el viento frío, como si recordara a la gente que el invierno no había abandonado del todo al pueblo. El ir y venir de los pocos habitantes que del pueblo se mermaba hasta dejar las anchas tierras casi desiertas. Adane caminaba presurosa hasta el otro lado del pueblo, envuelta en un grueso chal de lana para protegerse del viento. Si tenía suerte podría ver el humo saliendo por la chimenea de la vieja cabaña de Fana, lo que decía que estaba despierta. Alzó la vista hacia delante para ver el techo de la apartada casa, y allí estaba, ascendiendo rápidamente, perdiendo el gris a medida que se camuflaba con el viento. Solo esperaba que no hubiera nadie más que la vieja curandera.<br />
Golpeó la puerta nerviosamente y esperó a que ésta se abriera. El rostro arrugado y manchado de la meiga se le presentó en cuanto la puerta dejó abierto el umbral. Los ojos oscuros estudiaron la expresión de Adane por unos segundos, en los que ambas se refirieron al meollo del asunto, en un lenguaje casi imperceptible llevado a cabo por miradas cómplices y sombrías y pequeñas gesticulaciones faciales. El rostro pasmado de Adane le dijo lo suficiente.<br />
La hizo pasar y avanzaron al interior de la cabaña, el denso olor a hierbas secas llegó a la nariz de la mujer. Un olor casi tranquilizador para ella, sumado al calor de la hoguera, resultaba una sensación que apaciguaba gran parte de sus nervios, aunque no olvidó el motivo por el cual se encontraba allí, pero gracias al ambiente se encontraba lo suficientemente calmada para hablar largo y tendido con Fana. Se sentaron en la mesa de roble que llenaba buena parte de la estancia.<br />
—¿Qué hizo? — preguntó la vieja curandera sin rodeos, como de costumbre.<br />
—Anunció tragedia —fue la respuesta de la nodriza—. Está trayendo la desgracia…<br />
—¿Qué dijo?<br />
—Habló sobre unos viajeros, que se llevarán a alguien en tres días… y creo que soy yo —sus últimas palabras sonaron sombrías y cargadas de desesperanza— . Me miraba con esos ojos, con ese brillo inquietante, me dibujó en la tierra junto a esos seres asesinos.<br />
Fana se levantó de un brinco, intranquila.<br />
—Cuando esa cría nació ocurrió algo que jamás vi en mi vida —le contó. Era primera vez que se refería directamente a su nacimiento, nunca lo hizo, aunque hablara de la niña, evitaba hablar de lo que ocurrió en la habitación la noche en que nació— … Rela me dijo que ella vivirá, y hasta ahora sigo sin entender qué quiso decir… Pero ocurrió algo, las última fuerzas de Rela se fueron para echarla al mundo, aunque no fue suficiente…<br />
Según Adane entendía, Rela murió después de dar a luz.<br />
—¿Qué…? —inquirió desconcertada, sin poder terminar la pregunta.<br />
—La cría quedó atrapada entre las piernas de su madre cuando ésta pujó por última vez y cayó muerta, pude verlo en sus ojos perdidos en el lugar. Pasó una hora antes de que pudiera sacarla… fue horrible —un aire perturbado embargó la expresión antes sombría y centrada de Fana—. Y era imposible que un bebé pudiera permanecer vivo a medio camino de nacer, atrapado por tanto tiempo… pero ella lo hizo, al salir, su llanto se oyó, vivía y respiraba.<br />
No había que agregar más. Ella nació de la muerte, estaba destinada a estar entre ellos, pero vivió. Y seguía viva después de los intentos por devolverla a donde pertenece.Srta Ikaanahttp://www.blogger.com/profile/05746375504036329490noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1324474895235616985.post-392034998579977002012-03-28T23:52:00.003-07:002013-09-15T22:22:51.912-07:00La Caída de Solit<!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:trackmoves/> <w:trackformatting/> <w:hyphenationzone>21</w:HyphenationZone> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:donotpromoteqf/> <w:lidthemeother>ES-CL</w:LidThemeOther> <w:lidthemeasian>X-NONE</w:LidThemeAsian> <w:lidthemecomplexscript>X-NONE</w:LidThemeComplexScript> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> <w:splitpgbreakandparamark/> 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<div class="MsoNormal" style="font-style: italic;">
<span lang="ES">La verdad es que el título es provisorio. si alguien tiene alguna sugerencia, mis ojos están abiertos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="font-style: italic;">
</div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES"><span style="font-style: italic;">Si alguien me sugiere cómo mejorar algún aspecto flojo, que no muerdo y dispare.</span></span></div>
<span lang="ES"><span style="font-style: italic;"> Lo siguiente es una versión corregida del borrador. Se trata del mismo extracto pero con varios cambios aunque no muy drásticos. Espero les agrade. </span></span><br />
<span lang="ES"><span style="font-style: italic;">Pido disculpas a la gente de Fantasía Autral, a quienes les prometí tenerlo entero "pronto". ¡Madre Santa la mía, soy más lenta que la justicia!. He tenido muchos contratiempos y la inspiración se me escapa, pero no he dejado de intentarlo. </span></span><br />
<span lang="ES"><span style="font-style: italic;">Ahora sí, esper que disfruten este pedacito más que en su versión anterior. </span></span><br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES"><span style="font-style: italic;">----</span></span><br />
<br />
</div>
<strong>El Ingeniero</strong> ajustó por sí mismo cada parte del arco
que traería a los soldados de regreso, tenía que estar listo en menos
de seis horas y aún faltaba mucho por hacer, aunque no era tan difícil,
conocía ese portal como a la palma de su mano y sabía y predecía cada
una de sus fallas al ser usado.<br />
El Teniente Gratt Vaus había
llegado hacía media hora para inspeccionar el trabajo realizado por él,
no era una presencia agradable y su antipatía era mutua.<br />
—Profesor
Von Strass —rompió el silencio después del saludo indiferente que se
dieron—, ¿será posible que avance más rápido? El Batallón de Caza debe
estar esperando —su voz era fría y parecía haber un permanente aire
desdeñoso.<br />
Pax se tomó su tiempo para responder, le molestaba que
lo interrumpieran mientras trabajaba y Gratt lo tenía bien sabido, por
lo que quiso devolver el incordio con el silencio, antes de paz… o casi
de paz. Ajustó engranajes y aceitó tuercas antes de decidirse a
contestar.<br />
—Lo hubiera sido —comenzó, su voz carraspeaba y era
grave, por los años trabajando cerca de hogueras, forjando él mismo las
placas con sellos arcanos, respirando el humo del carbón— de no ser
porque a la mitad de los obreros de acá se les envió a las minas del
norte de Solit —finalizó en tono poco considerado y sin mirar al
militar, expresando su desagrado.<br />
El Teniente quiso permanecer indiferente a las palabras de Pax, tan ásperas como su voz.<br />
—Profesor,
bien sabe usted que el número de trabajadores no es impedimento para
terminar a tiempo —objetó—. Lleva seis años trabajando en este portal y
se ha topado con contratiempos más delicados, y además debería tener a
sus trabajadores consigo.<br />
— Entonces bien debe saber, Teniente,
que mi trabajo quedará hecho. Me imagino que tendrá asuntos más
importantes que vigilar mi desempeño en el portal. Lo demás ya lo he
dicho, esos hombres tienen derecho a unas horas de sueño.<br />
Pax
había dejado que los obreros se fueran a sus hogares mientras continuaba
él mismo el trabajo. Eso no les agradaba a sus mandamases, pero se
podía dar el lujo de decidir qué hacer con sus trabajadores.<br />
Gratt Vaus aprovechó el comentario para agregar:<br />
—La
verdad es que el Coronel Kingsley necesita saber por qué su máquina
sufre tantas fallas cada vez que es usada. Las reparaciones están
costando demasiado y nos es necesario saber qué hará usted para darle
arreglos permanentes.<br />
—Teniente —apartó su atención de la máquina
para acercarse al militar mientras se quitaba las gafas protectoras—,
creo que ha olvidado que lo que hago no es magia, al menos no en toda su
expresión. Hacer esto es más difícil que una máquina de guerra, y no es
natural.<br />
Su mirada era desafiante, ante la desdeñosa del militar, ambas parecían competir por quien flaqueaba primero.<br />
—¿Quiere decir que no hay arreglo permanente?<br />
—Solo
un mago puede hacer un verdadero portal, y los magos ya no existen acá
desde hace décadas. Si quieren uno pueden ir a buscarlo a los otros
mundos que el Batallón de Caza visita para obtener sus preciados objetos
—replicó Pax ante la insistencia del militar.<br />
—¿Está burlándose?
—inquirió el militar, irritado— Recuerde que conseguir la materia que
buscamos para sus máquinas ya es bastante difícil como para traer acá a
un mago real.<br />
—Entonces me parece que es estéril seguir
cuestionando. Si sus mandamases militares confían en mi trabajo,
deberían dejar de cuestionar. No hay otro que pueda hacer lo que yo
hago, y si lo hay, que lo traigan. Por mí estará bien.<br />
Pax dio la vuelta para seguir concentrándose en su trabajo, sin importarle el incordio.<br />
—No
olvide, Von Strass, que más le vale cumplir. Independiente de las
dificultades que tenga en su desempeño, el Coronel, e incluso el Alto
General de la Armada de Solit esperan que sus errores comunes dejen de
repetirse. Queda advertido, Profesor Von Strass.<br />
Pax no miró atrás
cuando el Teniente salió del lugar y se volvió a concentrar en su
trabajo, ya no le importaban las amenazas de la milicia, lo necesitaban
mientras necesitaran la fuente de energía que usan para sus horrendas
máquinas, que él construyó, por cierto.<br />
La estancia era una enorme
cueva, Pax la eligió porque así su máquina sería más estable y no se
desmoronaría en cada ocasión que la usara, pues el arco estaba unido a
la pared del fondo de la cueva. Las demás fallas eran producto del
motor, impulsado gracias a una mezcla de la energía extraída de
poderosos artefactos mágicos y energía a partir del carbón. Gracias a
eso, había en dicha cueva una considerable cantidad de carros llenos de
carbón cubiertos por una densa tela de cuero para protegerlos de cenizas
ardiendo (culpables en buena parte de su voz rasposa), montones de
herramientas, tuercas, escaleras y materiales de protección para los
obreros y para él, esparcidos en mesas junto a planos y algunos papeles
con copias de antiguos manuscritos de algún desaparecido mago de aquél
mundo.<br />
Nadie sabe cómo ni por qué, pero hasta hace más o menos
medio siglo, el poderoso gremio de magos que gobernaba allí desapareció.
Entonces la magia fue reemplazada por la tecnología, la ciencia y la
industria. El Ingeniero heredó parte del legado de un mago y fusionó la
arcaica magia con el avance tecnológico, que desde que recuerda, había
avanzado a paso de locomotora. Así, en su aprendizaje sobre ambos
campos, pasó buena parte de su vida buscando fuentes de conocimiento,
estudiando la lengua de los magos, descubriendo secretos y poniendo en
práctica su disciplina, con excelentes resultados.<br />
Entonces la
guerra civil estalló en Solit, y Pax se unió a la resistencia a la
milicia, apoyando a amigos de la familia. Cuatro años de guerra y pese
al gran aporte que Pax era para máquinas de guerra, la resistencia
fracasó. Seis años después, allí estaba.<br />
Se dirigió de nuevo hacia
el gran arco, lleno de placas cilíndricas de plata con símbolos arcanos
que el mismo labró, algunas piedras cargadas de la energía más valiosa
que se pudiera encontrar: la magia. Todas unidas a engranajes ocultos
tras de las placas que formaban parte de un mecanismo que hacía fluir la
magia para abrir una brecha entre el mundo de Pax y otros mundos, donde
el Batallón de Caza se aventuraba para conseguir aquello que sustentaba
a la maquinaria de guerra sin necesitar carbón. Era un mineral que
aportaba energía permanentemente, él no conocía su procedencia, pero al
descubrirlo supo que debía conseguir más. De alguna forma. El Capitán
del Batallón de Caza conocía la procedencia de esta milagrosa fuente de
energía, la cual nunca reveló, pero necesitaba viajar por <em>otros</em>
lugares para conseguirla. Así fue como Pax terminó construyendo el
portal. No era un mago real, no había magia en su ser, pero podía
apañarse con su ingenio.<br />
Aquellos inventos le salvaron la vida a
Pax, pero condenaron su libertad, la de toda la nación de Solit y más
allá incluso de sus fronteras. Después del Golpe y la Guerra Civil, la
Armada de Solit se hizo cargo del gobierno y dispusieron a Pax a
trabajar para ellos a cambio de mantenerlo vivo. Con el tiempo y los
resultados de su trabajo, Pax se ganó una posición privilegiada y ya no
fue tan presionado por el gobierno militar. Aunque a nadie le gustaba
que el portal sufriera las mismas fallas cada vez, y entre quienes
sobrevivieron al fracaso de la resistencia, lo miraban como a un
traidor. No los culpaba ni tenía de qué quejarse, sabía que era por su
culpa que Solit fue nombrada desde más allá de las fronteras como La
Nación Devoradora, pues de no ser por la supremacía tecnológica militar
que su talento brindó, la dictadura del Alto General se hubiera limitado
a donde estaban las fronteras originalmente.<br />
Continuó con los
detalles de su portal hasta pasadas las tres de la madrugada. Después de
reemplazar la última pieza se procuró un descanso en su casa, una finca
cercana a la cueva, construida para él por el gobierno, aunque casi
nunca estaba allí. Así que la casa era más bien para la servidumbre que
dispusieron a trabajar para él. Gente buena y trabajadora, que Pax
decidió darles la mayor cantidad de beneficios posibles, dejaba que
tomaran parte de de las reservas provisionales que le proporcionaba el
Gobierno por su servicio y las repartieran entre el proletariado. Le era
tremendamente incómodo vivir a modo de la alta alcurnia a costa de la
gente a la que condenó.<br />
Se aseó y cambió sus ropas sucias y
gastadas que usaba para trabajar. Dentro de la sociedad, Pax era un
hombre de respeto, pero su aspecto generalmente era asociado con la
clase obrera, por lo que muchos lo consideraban una compañía poco
agradable, aún en las fiestas de la alta sociedad (compuesta casi
totalmente por la milicia), donde moderaba el mal humor que le producía
estar lejos de su trabajo. Y era todo por su trabajo, su motivo de vida,
aunque fuera para la gente que odiaba, aún así, nada se comparaba a ver
los resultados de su propio esfuerzo.<br />
Ya casi a la hora de
volver, se alistó para ir de nuevo a la cueva, que era casi su hogar al
pasar casi todo su tiempo allí, esta vez con ropas más elegantes, pues
esa mañana llagaría el Batallón de Caza y por regla se debía vestir con
pulcritud y opulencia, aún los obreros. No acatar esta regla arriesgaba
severas condenas, por lo que al llegar vio que sus obreros habían
limpiado el lugar y vestido ropas de trabajo que solo usaban para esa
ocasión, limpias y de aspecto nuevo.<br />
Los militares comenzaron a
llegar por una suerte de orden de rango. Primero algunos de infantería
que estaban destinados a proteger la cueva tanto por dentro como por
fuera para evitar algún atentado o intruso, ya que el Batallón estaba
compuesto por pocos hombres, se requería una fuerza de apoyo que los
resguardara por si algo sucedía. Pasó un rato mientras Pax y sus obreros
recibían a los militares con una máscara de respeto perfecta, aún
cuando el ingeniero saludó a Gratt Vaus, a Kingsley o al Alto General, a
quienes odiaba profundamente, mantuvo la etiqueta digna de un caballero
de alta alcurnia. Pax era bueno mintiendo.<br />
Luego de saludar,
soportó el discurso del Alto General, un anciano al borde de la
senilidad, que redundaba en lo grande de la nación y demás autoengaño
narcisista. Entonces entró él en el juego. Luego de dar gracias por la
oportunidad de trabajar por "la honorable fuerza militar de Solit" se
concentró en su máquina mientras un par de obreros la abastecían con una
buena cantidad de carbón, otro tanto repartía máscaras para protegerse
del humo. Pax se puso la suya y un par de guantes, metió la mano en su
bolsillo y sacó una gema de traslúcido color rojo, que era un trozo del
mineral de energía eterna, y se dirigió a la caldera para abrir un
compartimiento pequeño en el tubo donde subiría el vapor, el cual fue
ocupado por la gema. Cerrado el compartimiento, era momento de encender
la caldera.<br />
—Es hora —anunció, casi ansioso.<br />
Los obreros
encendieron la caldera y Pax jaló la palanca que hacía funcionar el
mecanismo, los cilindros comenzaron a girar de forma lenta mientras se
generaba esa energía que iba más allá de lo que el carbón podía hacer
por sí solo. El calor y la humedad comenzaron a manar, pronto en el
centro del arco comenzó a abrirse la brecha, al tiempo en que las placas
giraban a mayor velocidad y las piedras ayudaban a canalizar mejor la
energía. Formaba un bonito juego de luces, casi parecía la obertura a un
espectáculo circense, era una suerte que nadie pensara así.<br />
Y en
el momento en que el agujero se expandía hasta los límites del arco,
algo raro ocurrió, el funcionamiento de la máquina se aceleró como nunca
lo había hecho y un resplandor en el agujero cegó la vista de todos en
el lugar.<br />
—Von Strass, ¿qué está sucediendo? —oyó preguntar a alguien.<br />
Pax
lo sabía, pero no lo creía. Algo o alguien alimentaba con energía a la
máquina de forma externa. Alguien intentaba cruzar el portal.<br />
Se
guardó para sí la respuesta y trató de detener el mecanismo, pero ya era
tarde y la máquina funcionaba por sí sola, era imposible detenerla, y a
ese ritmo estallaría.<br />
—No, imposible —se decía, haciendo lo humanamente posible por detenerlo, infructuosamente—; ¡No! —se repetía, desesperado.<br />
El
tiempo se hizo lento, mientras seguía con sus inútiles y frenéticos
intentos. Pronto ya todos entendieron que estar allí era un suicidio, y
dos de sus obreros lo obligaron a desistir, y sin más remedio tuvo que
salir aunque no sin algunos libros y papeles que consideraba esenciales.<br />
Miró
hacia atrás y vio una luz cegadora que pronto envolvió hasta más allá
de la cueva, y luego un estruendo alarmante y un temblor que estremeció
las entrañas de la tierra e hizo caer al suelo a varios de los hombres. Y
todo fue llamas y caos.<br />
Paxton se incorporó mirando la
destrucción de su trabajo, incrédulo, pero fue la visión de algo más que
heló su sangre: la figura de un hombre contrastaba con las llamas y el
humo mientras otra más robusta se incorporaba peligrosamente cerca de la
entrada de la cueva ardiendo.<br />
—¡Intrusos! —informó la voz de algún soldado, en medio del caos...<br />
<br />Srta Ikaanahttp://www.blogger.com/profile/05746375504036329490noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-1324474895235616985.post-62923062002658086402012-03-20T05:54:00.004-07:002013-01-16T15:03:19.230-08:00Nacida Maldita<span style="font-style: italic;">Mis estimados y estimadas. Desempolvo este blog para subir una historia que ha tenido buenos comentarios en<a href="http://www.fictionpress.com/u/809247/Ikaana"> mi FictionPress</a>... así que por qué no hacer uso de este espacio. Entonces les presento este cuento corto, que tendré que extender por unos cuántos capítulos porque la historia trata de un personaje recurrente en mis proyectos.</span><br />
<span style="font-weight: bold;"><span style="font-size: 130%;">El nacimiento</span></span><br />
Un grito desgarrador le hizo abrir sus ojos en medio de un sobresalto. La señora de la casa al fin daría a luz.<br />
Fana, una meiga entrando a la vejez, se había quedado en la gran construcción de madera y piedra del viejo Marod desde hace algunos meses a la espera del nacimiento de su última cría, que ha tardado más de lo humano.<br />
Se levantó y en camisón fue a los aposentos de la señora de la gran casa. La fría noche de invierno, tan oscura como los ojos de la meiga, se intensificaba dentro del lugar. Fana, cuya experiencia se basaba en su vida entera de práctica, en la superstición y la ignorancia ajena, interpretó aquello como un mal presagio mientras entraba a la habitación, que pese al fuego de la chimenea, el aire que entró por su nariz era gélido y molesto. Junto a la cama de plumas y piel de oso, un hombre de su misma edad permanecía de pie, quejándose de los gemidos de dolor de su mujer, una joven sudorosa que intentaba aguantar el dolor de parir a una cría por primera vez.<br />
—¿Va a nacer? —inquirió el hombre.<br />
Fana se acercó a la joven y levantó la pieles, descubriendo lo peor que ha visto: un charco de agua sanguinolenta manaba de entre las piernas de la mujer. Fana lo sabía, desde que se dio la noticia de la espera de la criatura, que sería algo terrible. Ha ido carcomiendo a la esposa del viejo, consumiendo su vida, debilitándola. Ha traído la mitad del pueblo al mundo, y nunca ha visto algo tan perturbador como una cría que demore más de un año en llegar, que hunda en la locura a su madre. Desde su interior sabía que la criatura estaba maldita.<br />
—Lo está, viejo idiota —le contestó, agria—. Pero algo sale mal, tu cría nueva podría matar a tu mujer, solo mírala: el blanco de la muerte en su piel y sangrando mares por echar al mundo a una criatura marcada. Vete, voy a ocuparme de ésto— lo echó—. Haré lo posible por mantenerlos vivos.<br />
La joven mujer agarró del camisón a Fana cuando ésta se preparaba para recibir a la cría. Un fulgor violáceo llenaba sus ojos, el mismo que los inundaba cuando ella tenía sus ataques de locura.<br />
—Ella vivirá —susurró entre jadeos, pero con una expresión resuelta y segura<br />
No dijo más, sus últimas fuerzas las ocupó en dar a luz a la pequeña criatura, una niña de ojos extraños, sombríos, despiertos; su llanto no era más que un susurro débil y era tan pequeña que parecía absurdo que causara la muerte de su madre.<br />
Fana era una meiga, y sabía que la pequeña niña era siniestra. Pero por alguna razón, no podía contarle al viejo Marod, el mercader del pueblo y su hermano, lo que sabía.<br />
Por el resto de su vida, resonarían las palabras de Rela, su cuñada ya muerta.<br />
<div style="font-style: italic;">
Ella vivirá.</div>
<div style="font-style: italic;">
<br /></div>
<div style="font-style: italic;">
<br /></div>
<div style="font-style: italic;">
---</div>
<div style="font-style: italic;">
Acepto las críticas y comentarios que me ayuden a mejorar algún aspecto flojo que tenga. Esperoque les haya gustado.</div>
<div style="font-style: italic;">
Saludos</div>
Srta Ikaanahttp://www.blogger.com/profile/05746375504036329490noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1324474895235616985.post-15985117966063947272011-08-23T00:45:00.000-07:002011-08-23T01:03:31.998-07:00Bienvenidas con gusto amargo.No es que peque de vanidosa, aunque <span style="font-style: italic;">se</span> que mi antiguo blog no era el <span style="font-style: italic;">hoyo del queque</span>, es posible que hayan lectores que quedaron con el dedo en la boca preguntándose cuando <span style="font-style: italic;">cresta</span> volveré a publicar, por pocos que sean.
<br />Bien, si visitaste alguna vez <a href="http://eskritosanonimos.blogspot.com/"><span style="font-style: italic;">la hoja manchada</span></a> y quedaste colgado con alguna de mis historias (me voy a poner vanidosa), aunque tu timidez te haya impedido echarle flores o una piedra, tengo la triste noticia de que ése blog se ha perdido... bueno, no literalmente, pero Google traspapeló las contraseñas que pertenecen a mi cuenta y la de mi pareja cuando hice un ligero cambio y entre tanto cambio de contraseña ya me es imposible entrar. Por lo que decidí cortar por lo sano y cambiarme de casa.
<br />Así que... Bienvenido seas, lector, al Cuaderno Rojo, sí, sus hojas también están manchadas con mis escritos. Parece un nombre común, pero ése sustantivo con ése color tienen su historia... (los voy a <span style="font-style: italic;">latear</span>) verás, querido lector, que desde que me di cuenta que escribir es mi vida que suelo adquirir cuadernos (ya sea comprados, regalados, o rescatados del cruel destino del basurero) en su mayoría de color rojo, al principio fue pura coincidencia, después se hizo hábito (mi historia más importante se desarrolla en varios cuadernos rojos, inclusive apéndices, riñones, corazones, estómagos, etc. por lo que no me sorprenderá que si lo llego a publicar de forma profesional pediría una portada de color rojo). Ergo, el título del blog no es para nada al azar.
<br />Todavía no he decidido si dejar las historias ahí o traerlas para acá... ya tomaré una decisión.
<br />Espero que sea del agrado para ti, lector (o lectora), sin más cháchara aburrida me despido.
<br />Saludos.
<br />Srta Ikaanahttp://www.blogger.com/profile/05746375504036329490noreply@blogger.com0